05/07/2021
05/07/2021
Ingresé a la Universidad de los Andes como parte de la primera promoción del programa de Ingeniería Biomédica. Cuando empecé mi carrera, sabía que tenía una mente curiosa preguntando constantemente el porqué de las cosas y pensando en formas para solucionar problemas. Sin embargo, en ese entonces no tenía muy claro que estas cualidades me llevarían a convertirme en una investigadora. El programa de Ingeniería Biomédica me brindó las herramientas necesarias para descubrir que mi pasión es la investigación. Considero que una de las mayores ventajas de estudiar Ingeniería Biomédica en la Universidad de los Andes es que el programa ofrece la oportunidad de explorar diversas áreas de investigación. De esta manera, los estudiantes pueden descubrir sus gustos y desarrollar habilidades de acuerdo a sus intereses. Además, algo muy especial del programa IBIO es que la gente que conforma el Departamento, sus estudiantes, directivas y profesores, hacen parte de una gran familia en la cual se puede encontrar apoyo a nivel personal y profesional. De hecho, una de las cosas que más agradezco de mi paso por la Universidad, es la posibilidad de contar con mentores como Diana Marcela Gaitán, Juan Carlos Briceño, Diana Marcela Tabima y Juan Manuel Cordovez, quienes aún me guían en mi desarrollo personal y profesional.
Una vez descubrí mi pasión por la investigación en Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa, comencé a involucrarme activamente en el grupo de investigación del Departamento y a buscar oportunidades para expandir mis habilidades. De esta manera, a finales de mi sexto semestre, realicé un intercambio de verano en Vanderbilt University, Estados Unidos, que me impulsó a continuar mi carrera realizando un doctorado en Bioingeniería. Una de las experiencias que me llevaron a estudiar en una de las universidades más prestigiosas en Ingeniería de Estados Unidos, fue haber participado en el Seminario de Ingeniería Biomédica (SIB), donde conocí al Doctor Robert Nerem, un reconocido profesor del Georgia Institute of Technology. Él se convirtió en mi mentor y me impulsó a aplicar al programa de doctorado de Bioingeniería de Georgia Tech. Durante cinco años, me dediqué a desarrollar vehículos de liberación de medicamentos para el tratamiento intra-articular de la osteoartritis, lo cual me permitió aprender muchísimos conceptos y técnicas, conocer investigadores en el área de Medicina Regenerativa y crecer como persona y profesional. Actualmente, me encuentro en la Universidad de Oregón realizando un post-doctorado en el cual estoy expandiendo la investigación realizada durante mi doctorado. De esta manera, estoy a cargo de diversos proyectos de investigación que pretenden desarrollar modelos in vitro de osteoartritis para la evaluación de agentes terapéuticos como células madre, proteínas y materiales naturales. También trabajo en mejorar sistemas de liberación de medicamentos para el tratamiento de dicha enfermedad y evaluar la influencia del sexo en el desarrollo de la misma.
Dando un vistazo al pasado mientras escribo este artículo, me doy cuenta que cada una de las etapas de mi carrera profesional han tenido obstáculos y miles de experimentos fallidos. Pero, una vez superadas las dificultades, una carrera en investigación trae consigo una gran satisfacción. Por eso, a los estudiantes que estén considerando sumergirse en el mundo de la investigación, les recomiendo ser extremadamente perseverantes. La Universidad de los Andes y el programa de IBIO, les brindan los recursos suficientes para construir una vida profesional gratificante, pero depende de ustedes aprovecharlos y ser activos a la hora de buscar nuevas oportunidades.
