12/05/2020

Sergio Galindo en Japón

Sergio Galindo, estudiante de maestría en Ingeniería Biomédica, está realizando una pasantía de investigación de un año en la Universidad de Tsukuba en Japón, gracias al convenio que tiene esta Universidad con la Facultad de Ingeniería Uniandes. El estudiante trabaja en Centro de Investigación Cybernics, reconocido por el desarrollo del robot Suit HAL, un exoesqueleto diseñado para el cuidado y la rehabilitación médica. El laboratorio se dedica principalmente a combinar la Ingeniería, Medicina y Sistemas de Información para el desarrollo de dispositivos que mejoran la calidad de vida de las personas en diferentes aspectos. Del total de las investigaciones del Centro, el 80% son dispositivos médicos y se prueban en colaboración con el Departamento de Medicina en el hospital de la Universidad. El proyecto en el que trabaja Sergio es el desarrollo de una prótesis pasiva transtibial de bajo costo con dos grados de movilidad, como una alternativa a las prótesis pasivas actuales que no se ajustan a la realidad de la movilidad en Colombia, especialmente en zonas rurales.

Antes de la emergencia por el COVID-19 Sergio pudo experimentar la cultura plenamente, hacer amigos, aprender el idioma y visitar ciudades como Tokyo, Kyoto y Nara. “Como Japón es uno de los países más seguros del mundo y la vivienda es particularmente pequeña, la vida aquí antes de la pandemia ocurría principalmente en el exterior. No había razones para quedarse en casa ni problema en salir temprano en la mañana e ir tan lejos como el tiempo lo permitiera”, cuenta Sergio. Después del inicio de la emergencia la vida exterior se fue apagando lentamente, cancelaron sus clases de japonés y los entrenamientos deportivos, varios de sus amigos tuvieron que volver a sus países de manera anticipada porque sus becas o visas fueron canceladas y el trabajo se volvió virtual. Sergio lamenta haberse perdido los Hanami reuniones de amigos bajo la sombra de los árboles de cerezo que florecen en primavera. “Cuando llegué las personas en general eran muy abiertas y acogedoras, intentaban entablar conversación conmigo y siempre estaban dispuestas a reunirse y compartir un rato. Ahora, existe cierta sensación de que el otro representa un potencial riesgo y la cercanía se transformó en dos metros de distancia, en saludos sin hablar y reuniones virtuales”, relata Sergio.

El gobierno japonés fue efectivo en mantener la cantidad de contagio bajos, ya que pudieron rastrear los focos de infección rápidamente. El primer caso reportado fue en enero 15 y el número de casos se mantuvo por debajo de 1000 durante casi dos meses. Esto debido a que el uso del tapabocas está muy arraigado en la cultura japonesa al igual que no tener contacto físico con el otro durante el saludo y durante las actividades diarias. Sin embargo, los casos subieron rápidamente desde mediados de marzo. Sergio mantiene un buen ánimo teniendo contacto seguido con su familia y amigos, así describe su manera de afrontar la situación: “la virtualidad permite compartir con otros en cualquier momento y me gusta pensar que el tiempo que antes invertía en transporte puedo dedicarlo a video llamar y compartir con otros. Me escucho y acepto que sentir preocupación, incertidumbre e inclusive ansiedad es normal y es mucho peor negar o ignorar lo que siento. También, tengo una rutina diaria y cumplo con las muchas reuniones, seminarios y actividades virtuales que hay a lo largo de la semana”.

 

María Alejandra Rodríguez en Estados Unidos

María Alejandra Rodríguez, estudiante de Doctorado en Ingeniería e integrante de la línea de investigación en Dinámica Cardiovascular e I+D+i en Dispositivos Médicos, trabaja en el campo de la Medicina Regenerativa y de Ingeniería Tisular, con el objetivo de crear injertos vasculares como reemplazos arteriales que guíen la formación de una arteria funcional que no necesite ser reemplazada.

En el primer semestre del 2020, María Alejandra viajó al Instituto McGowan de Medicina Regenerativa en la Universidad de Pittsburgh, Pensilvania, en Estados Unidos, para realizar su pasantía de investigación. Allí ha tenido la oportunidad de aprender de científicos con amplia experiencia en Ingeniería Tisular y Biomateriales, ha conocido y experimentado con varias técnicas de manufactura que le han permitido desarrollar objetivos claros para el avance de su investigación. En el Instituto, la estudiante está trabajando en la fabricación de los injertos vasculares por el método de electrospinning. Para ello, junto a investigadores de McGowan desarrolló un material elástico y bioactivo para promover la regeneración de las arterias nativas.

Sin embargo, durante su estadía en Pittsburgh la emergencia producida por la pandemia alcanzó a Estados Unidos, y las actividades académicas y de investigación fueron suspendidas en la Universidad. “Es la primera vez que me alejo de mi familia y por supuesto, ha sido difícil estar sola y preocupada porque no puedo cuidarlos. A pesar de esto, ha sido una experiencia que me ha permitido crecer y aprender a conocerme, a valorar mis cualidades y fortalezas, así como mis prioridades. Porque ser científico nace de la pasión y el amor por nuestro trabajo y por los demás”, explica la estudiante.

El Estado de Pensilvania declaró cuarentena obligatoria desde mediados de marzo, pero para la investigadora las medidas han sido insuficientes “no existen mayores restricciones, se puede salir en grupo y hacer deporte al aire libre, los casos siguen aumentando significativamente. Es muy difícil sentirse seguro, sobre todo cuando las familias salen juntas”. La Universidad de Pittsburgh ha sido muy estricta con las normas en cuarentena y ha aumentado las restricciones hasta finales de julio.

María Alejandra pudo regresar a Colombia a finales de mayo en un vuelo humanitario.