22/03/2022

Por: Carolina Muñoz y Natasha Bloch (profesoras IBIO)

Aprovechando la celebración de los primeros 10 años del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes (IBIO), nos planteamos una reflexión acerca de los rasgos característicos de quienes hacemos parte de esta familia. Como tal, compartimos el mismo ADN y por este motivo cada estudiante, profesor y administrativo trabaja de manera coordinada para lograr nuestros objetivos y así darle vida a la comunidad de la que hacemos parte.

Hace 10 años esta comunidad se encontraba en sus primeras etapas y, como en el desarrollo de un embrión que empieza con solo unas cuantas células, fuimos creciendo para conformar un individuo completo con todos sus órganos y funciones fisiológicas. El origen de IBIO se dio por la motivación, dedicación, visión e inspiración de nuestros fundadores, que soñaron el Departamento que hoy somos. Tenemos una personalidad única e integrativa, combinando las Ciencias Naturales, Matemáticas e Ingeniería, lo básico y lo aplicado, con el propósito de aportar soluciones a muchos problemas de salud que actualmente aquejan a un importante número de personas tanto en nuestro país como alrededor del mundo.

Abordamos esos retos desde diferentes escalas, nano, micro y macro en donde cada integrante de esta gran familia juega un rol único e importante y con sus carismas, hacen de nuestro mundo IBIO un lugar enriquecedor, acogedor y en donde todos son bienvenidos. Nuestra amplia diversidad refleja el número de áreas que puede abarcar esta profesión y el papel tan importante de nuestros aportes para cambiar y mejorar la salud de las personas, como para contribuir en el desarrollo de nuestro país y el mundo. Cada uno de los profesores de nuestro Departamento aporta a diario, no solo su conocimiento, sino un ejemplo de pasión por la profesión, la investigación, y de interés genuino porque cada miembro de la familia IBIO cumpla sus sueños.

La búsqueda de la excelencia es el motor que mueve a diario nuestro gran Departamento, donde la motivación es contagiosa y trabajamos por inspirar a quienes harán crecer a Colombia generación tras generación. Cada integrante, como una célula cumpliendo su función en el organismo, hace parte del tejido IBIO - una comunidad dinámica e innovadora. Seguiremos dejando nuestra huella en los profesionales del futuro con la misma pasión, dedicación y amor con los que hemos venido afrontando retos. Por tanto, podemos decir que hemos disfrutado con satisfacción y orgullo una década de logros y crecimiento.