Daniela Rubio Olaya y Laura Gómez León, estudiantes de maestría de Ingeniería Biomédica, son las representantes del Departamento ante un proyecto inédito en Colombia que lidera la Universidad de los Andes: Covida. A través del proyecto, la Universidad realizá pruebas rt-PCR gratuitas para la detección del virus COVID-19. Esto con dos objetivos, apoyar las estrategias de vigilancia epidemiológica de las autoridades sanitarias y proporcionar información que contribuya a tomar decisiones efectivas para el manejo de la pandemia. Este proyecto en particular realiza pruebas a población en riesgo que, por sus características, puede tener mayor probabiliadad de contraer el virus. Covida está conformado por un gran equipo multidisciplinario que incluye a quienes hacen los convenios con organizaciones de empleados en alto riesgo (transporte público, domiciliarios, personal de salud, entre otros). Brigadistas, que se encargan de tomar las muestras incluso en lugares alejados de Bogotá. Y el personal del Laboratorio de Diagnóstico GenCore en donde se reciben las muestras y se hace el diagnóstico.
Desde el inicio de la cuarentena las estudiantes IBIO entraron a formar parte del Laboratorio, primero como voluntarias y luego contratadas formalmente. Fueron escogidas gracias a sus conocimientos en técnicas moleculares, adquiridos durante la maestría IBIO, y por su formación en microbiología. Las estudiantes trabajan en el área de Resultados y Coordinación, su función principal es obtener los resultados de las pruebas. Para esto, diseñan la ruta que tendrá cada muestra en los diferentes procesos que deben llevarse a cabo y realizan la lectura y organización de los resultados, para que puedan enviarse a los pacientes. Además, escriben informes para las diferentes autoridades sanitarias.
El Departamento de Ingeniería Biomédica resalta y se enorgullece del compromiso y de la importante labor de las estudiantes ante la emergencia que vive el país. Mundo IBIO las entrevistó para conocer más de su experiencia:
Mundo IBIO: ¿Qué las motivo a ser parte de Covida?
Daniela Rubio: la posibilidad de aportar un granito de arena, poniendo todos mis conocimientos a disposición de las personas de mi país, para que pudiéramos salir rápidamente y de la mejor forma de esta situación tan complicada.
Laura Gómez: poder ayudar durante la emergencia que se está viviendo y tener la posibilidad de utilizar mi conocimiento y mi carrera para ponerlo al servicio de otros en un contexto más real.
Mundo IBIO: ¿Qué han aprendido a lo largo de este proyecto?
Laura Gómez: He adquirido más conocimientos a nivel molecular, tanto teóricos como prácticos. También, he aprendido a trabaja de mi carrera no había tenido la carga de procesar más de mil muestras y de igual forma, manejar el hecho de que no es solo una muestra, en realidad es un paciente cuya salud y futuro depende de nuestra agilidad y nuestro proceder; lo cual implica una gran responsabilidad. Así mismo, a trabajar de manera más estructurada pues considero que uno como estudiante siempre trabaja solo y nadie depende de uno, mientras que en el Laboratorio hay diferentes áreas que dependen entre sí. Por eso, es importante el orden mental y tener claro cada paso y decisión.
Daniela Rubio: Después de esta experiencia soy una persona totalmente diferente. Este tiempo me dio la oportunidad de darme cuenta cómo es la dura realidad en la que viven muchas personas en lugares recónditos del país. Muchas veces nos llegan muestras empacadas en tarros de leche, termos, teteros e infinidad de recipientes que uno ni se imagina, simplemente porque no hay fondos para comprar un tarro de muestra de orina. Me di cuenta de que desafortunadamente el privilegio nos aleja de la realidad y somos incapaces de comprender las condiciones en las que viven otros. Además, conocí un montón de personas maravillosas tanto a nivel personal como profesional que te devuelven la esperanza en el país, porque te das cuenta de que hay muchísimo talento y disposición por ayudar.
Mundo IBIO: ¿Cómo han manejado la carga emocional al ser parte de este proyecto y qué han tenido que sacrificar?
Daniela Rubio: La parte emocional me ha costado un montón, en un inicio era muy difícil separar el trabajo de mis emociones, ver en las remisiones los nombres de cada paciente y sentir que su vida dependía de ese resultado fue muy difícil de manejar, recuerdo pasar muchas noches sin dormir por el miedo de haber cometido una equivocación y entregar un resultado incorrecto, porque finalmente de nosotros (el área de Resultados) depende que no haya equivocaciones en todo el procesamiento de la muestra. Poco a poco aprendí a manejarlo, pero sí debo admitir que es un trabajo supremamente estresante que requiere de mucha tenacidad, sobre todo para reaccionar bien ante los conflictos y tomar decisiones, porque van a repercutir en los resultados de los pacientes. Y sacrificar pues prácticamente todo, tuve que aplazar mi maestría para poder dedicar todo mi tiempo a este laboratorio y la vida me cambió por completo, así como a la mayoría de las personas, pero siento que mientras este tiempo les sirvió a muchos para trabajar en sí mismos en mi caso tuve que renunciar a mi vida personal para servir al país.
Laura Gómez: La carga emocional la he podido manejar con el apoyo de mi familia y mi novio pues están muy orgullosos y cada vez que me ven baja de nota o estresada tienen una palabra de apoyo para mejorar mi estado. También, dentro del Laboratorio tuve la fortuna de encontrar personas maravillosas que por la misma cantidad de tiempo que compartimos nos hemos unido y esa amistad ha hecho que los días estresantes o frustrantes sean más llevaderos. Con este proyecto siento que he tenido que sacrificar la cantidad de tiempo que compartía con mis amigos y familia pues debemos trabajar de lunes a sábado y al terminar la jornada siento un cansancio bastante abrumador, que al llegar a mi casa prefiero dedicar el tiempo en mí.
Mundo IBIO: ¿Qué mensaje quieren compartir con nuestra comunidad?
Laura Gómez: Dani y yo empezamos siendo voluntarias, a pesar de esto por un tiempo no pudimos trabajar directamente en el Laboratorio, pues Ingeniería Biomédica no es una carrera avalada por la Secretaría de Salud para este tipo de trabajos. Fue gracias a Marcela Guevara, coordinadora del Centro de Secuenciación, que pudimos entrar a apoyar en el área de Resultados, donde no se tiene contacto directo con las muestras. Sin embargo, creo que hemos podido tener la posibilidad de demostrar que los ingenieros biomédicos tenemos las mismas capacidades y conocimientos para poder trabajar en laboratorios de detección e investigación como este. Por tal razón, pienso que debemos mostrar más nuestra carrera pues muchas veces la falta de ofertas se debe al desconocimiento de las demás personas sobre las habilidades que tenemos como ingenieros biomédicos, especialmente de la Universidad de los Andes donde existe un enfoque más investigativo.
Daniela Rubio: como comunidad uniandina debemos sentirnos muy orgullosos de nuestra Universidad por la participación activa que ha tomado desde que inició la pandemia. Ha sido maravillosa la disposición de tantos profesionales a esta causa para aportar (desde la experiencia, el diagnóstico y la investigación) al país y ojalá, esto inspire a todos los estudiantes a ser grandes profesionales que logren cambiar la vida de muchas personas.
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