Texto: Juan Manuel Cordovez
Director del Departamento de Ingeniería Biomédica
03/08/2020

Completamos más de 100 días desde el inicio de las medidas de restricción para contener el COVID a nivel nacional. Decidimos hacer esta edición especial del Mundo IBIO debido a que en este periodo el Departamento ha contribuido de tantas maneras a la construcción de conocimiento, que era necesario dejar constancia de ellas en un lugar especial. Destaco el trabajo de Juan Carlos Briceño, quien lidera el Comité Técnico Nacional de Ventiladores en UCI, de David Bigio por promover gran cantidad de proyectos de innovación y por consolidar una red de voluntarios que apoya diferentes iniciativas, la herramienta Smart Pooling de Pablo Arbeláez, que con el uso de la Inteligencia Artificial, tiene la capacidad de transformar la lucha contra la pandemia, el trabajo en modelación del BIOMAC y a nuestros médicos Edgar Ordóñez y Roberto Rueda por su labor. Son muchos los frentes en los que hemos trabajado: análisis, prevención, innovación, diseño de dispositivos médicos y de protección personal. Los invito a leer esta edición para que conozcan de cerca los proyectos.

Antes de eso quisiera compartir una corta reflexión sobre lo que hemos aprendido hasta ahora: hay países que se han destacado por su manejo de la epidemia, desde el punto de vista de los resultados epidemiológicos, y otros que aparentemente han seguido un camino menos exitoso. ¿Qué países lo están haciendo bien? no sabemos; la respuesta a esa pregunta es compleja porque el problema no es solo de contagios y muertes, sino también de oportunidades y futuro. Cada país va con su propia dinámica, algunos ya vieron grandes niveles de contagios mientras otros, como Colombia, hasta ahora empiezan a ver la fase de aceleración. Nuestra dinámica nos permitió aumentar la capacidad del sistema de salud, pero ahora, que parece difícil postergar más el proceso, nos proponemos pasar los contagios sin exceder la oferta. Lo tenemos que lograr sin sacrificar la economía ¿se puede? yo sí creo. Ahora se le debe apostar al autocuidado; el encierro refleja una verdad vergonzosa: no podemos confiar en las personas, porque no somos lo suficientemente educados como para comportarnos adecuadamente (usar medidas de protección y actuar con conciencia). Si el virus se va a quedar entre nosotros por unos meses más (lo más seguro) la única manera sensata de afrontarlo es a través de la educación no del encierro.

Finalmente, creo que algo muy revelador es reconocer lo importante de la capacidad de cada país, aun cuando es un problema global, rápidamente nos fragmentamos en países, no solo para ver como vamos sino lo que teníamos (UCIs, médicos, científicos, etc…) y es ahí donde las universidades están llamadas a no olvidar el papel que juegan en la sociedad, a contribuir con su conocimiento de forma generosa y desinteresada. Para la muestra se puede consultar acá el maravillo trabajo de Uniandes.